Historia del Colegio Oficial de Diseñadores de Interior de Gipuzkoa


Se suele decir que el interiorismo comenzó con la decoración de las paredes de las cuevas donde el hombre del Paleolítico tenía su hábitat. En el actual territorio guipuzcoano, por lo tanto, los primeros interioristas dejaron testimonio de sus obras en Ekain, Lezetxiki, Altxerri, Praileaitz…

Desde entonces, el interiorismo ha ido desarrollándose de forma paralela a la evolución de la sociedad y de las formas de vida. Las casas romanas, las casas-torre medievales, las casas solariegas renacentistas, los caseríos transformados a lo largo de generaciones, los establecimientos de los comerciantes con América, la eclosión de la Belle Epoque (hoteles, balnearios, residencias de verano, casinos, teatros) llevan el sello de las ideas de los interioristas en su adaptación constante a quienes vivían , soñaban, creaban , disfrutaban o trabajaban en cada uno de dichos ámbitos.

Hoy en día el interiorismo se ha popularizado hasta el punto de introducirse en prácticamente todos los hogares y locales de negocio, siendo escasas las personas que, cuando se ven ante la necesidad de acondicionar un espacio, no estudian, antes de tomar decisiones, las diferentes posibilidades de organizarlo, las funcionalidades, la orientación, la luz, la distribución de muebles y objetos, etcétera.

La figura del interiorista, que hasta el siglo XX tenía unos límites difusos, puesto que era una combinación de arquitecto, pintor, escultor, artesano, e incluso creador de tendencias, ha ido precisándose e institucionalizándose, dando lugar, a partir de la segunda mitad de dicho siglo y en nuestro entorno, a la creación por las autoridades educativas de una titulación específica, de contenidos constructivo-estéticos, que ha configurado una profesión de características ya muy definidas.

El mismo hecho de su configuración reciente hace que, a diferencia de otras profesiones más veteranas (caso del Colegio de Arquitectos, que se creó en 1929), los interioristas no hayan dispuesto de un Colegio propio, con el nombre inicial de Colegio Nacional de Decoradores, hasta el año 1972.

Casi simultáneamente con la creación del Colegio Nacional comenzaron a funcionar sus Delegaciones Territoriales, siendo una de las primeras en establecerse la de Gipuzkoa, con sede en la calle San Martín, de San Sebastián. Estas Delegaciones fueron adquiriendo paulatinamente autonomía respecto a la organización estatal, llegando a tener un funcionamiento independiente en la práctica, que era apoyado por el Colegio Nacional, por verse la descentralización como imprescindible para la eficacia de los servicios colegiales, tanto respecto a los profesionales como respecto a los clientes.

Con la ley estatal de Colegios Profesionales de 13.2.74, la posterior creación de las Comunidades Autónomas, y la aprobación por el Parlamento Vasco en 21.11.97 de la Ley de Colegios y Consejos Profesionales para el País Vasco, ha quedado configurado el marco probablemente definitivo de la organización profesional en Gipuzkoa, cuyo Colegio, ya de régimen autonómico, fue constituido, junto con los de Alava y Bizkaia, por el Decreto 378/1998, de 15 de Diciembre, de los Departamentos de Justicia y Ordenación del Territorio, Vivienda y Medio Ambiente del Gobierno Vasco.